La Mansión Blackthorn -episodio seis.

La Mansión Blackthorn -episodio seis.

  • mdo  Isaac Thornell
  •   La Mansión Blackthorn
  •   Octubre 13, 2025

Visita nocturna

Aquel diario me dejó aturdido. Intenté dormir, pero fue inútil. Las palabras de Margaret se me enredaban en la mente como enredaderas venenosas. El Ojo Rojo, la caverna, los susurros... No podía quitármelos de la cabeza.

La posada dormía. Todo era silencio. Solo el viento golpeaba las contraventanas. Encendí la vela, me calcé las botas, tomé mi linterna de aceite y el mapa que había robado. Una fuerza irracional me empujó a volver a la mansión. Pero esta vez, lo haría por mi cuenta. Sin permiso. Sin testigos.

Tomé el mismo sendero del día anterior, pero ahora todo estaba más oscuro, más cerrado. Al llegar al límite del bosque, vi la mansión alzarse entre la bruma como una fortaleza maldita. Di un rodeo hasta encontrar el muro exterior del claustro. Según el mapa, uno de los antiguos respiraderos del convento —una estrecha rejilla de piedra junto a las criptas— daba acceso a un pasadizo.

Lo encontré, cubierto por zarzas. Tuve que usar mi navaja para cortar la maleza. La rejilla cedió con un chirrido metálico. Repté por el hueco húmedo y descendí por una rampa de piedra cubierta de musgo.

El aire era espeso, cargado de un olor a tierra, humedad y algo más: algo rancio, como carne vieja. La linterna iluminaba apenas un metro por delante, pero eso bastó. Allí estaban: las pinturas. Tal y como el mapa indicaba. Figuras humanas en actitud de adoración. Un círculo de fuego. Y al centro… esa silueta con los ojos rojos.

Pero no estaba solo.

Escuché pasos. No imaginados: reales. Sordos, pero cercanos. Silencio. Y luego una voz.

—No deberías estar aquí.

Me giré con el corazón en la garganta. Era el sirviente. Peter. Sostenía una lámpara y algo más… un cuchillo de caza.

—Se lo dije, señor periodista. Vuelva a Londres. No le debe importar lo que ocurrió aquí. No le conviene.

Retrocedí, levantando las manos. Pero él no se acercó. No necesitaba hacerlo. Sabía que me había asustado.

—¿Dónde están los niños, Peter? ¿Qué pasó realmente con Lady Margaret?

Su expresión cambió. Algo en sus ojos se nubló.

—Hay cosas peores que los muertos, señor Henshaw.

Y entonces, se fue.

Me costó encontrar la salida. Al llegar al exterior, el aire me golpeó como una bofetada. Corrí hasta la posada sin volver la vista atrás.

Esa misma madrugada, redacté un artículo corto y lo dejé en manos de Edda junto con una carta para mi editor. El titular decía:

"El Silencio de Blackthorn: Una mansión maldita que no quiere ser olvidada"

Era un anzuelo. Y yo sabía que habría quien lo mordería.


Continuará.

relato misterio terror Blackthorn


Si usas mastodon, cosa que te aconsejo, y quieres contactar conmigo, esta es mi cuenta --> luisgarciareal@social.politicaconciencia.org.

Este trabajo está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

Licencia CC BY 4.0
Buy Me a Coffee at ko-fi.com